Gabriel utilizaba la fe para ser más fuerte que los efectos colaterales de ese tratamiento agresivo
Gabriel Ernandez Soares, de 13 años, enfrentó un gran desafío en el periodo de la preadolescencia.
A los 12 años, al sentir fuertes dolores de cabeza y buscar ayuda médica, descubrió un tumor en el lugar donde se estaba produciendo líquido cefalorraquídeo (LCR), también conocido como líquido cerebroespinal, encontrado en el espacio subaracnoideo del cerebro y de la médula espinal. Ese tumor formó también una hidrocefalia, la cual le causaba fuertes dolores de cabeza. Gabriel fue sometido a una cirugía de emergencia.
Para la familia, fueron días de gran tensión, como comenta su abuela, Florisa Soarez, de 65 años: “después de la cirugía, el médico dijo que la situación era muy grave y que había hecho de todo para salvar la vida de él, pues Gabriel ya estaba entrando en estado de coma y el equipo médico tenía tres horas para revertir ese escenario”.