Cuando Adán y Eva pecaron, su naturaleza pecaminosa se convirtió en nuestra herencia.
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Romanos 5:12-13)
Desde la creación del hombre, Adán y Eva podían comer de todos los frutos dentro del paraíso, sin embargo, Dios les indicó que ellos no podían tocar en un árbol en específico. Y ellos decidieron desobedecer el mandato de Dios al comer del árbol del conocimiento, desde ese día ellos pasaron a conocer las cosas que era buenas y malas.
Cuando Adán rechazó obedecer la Palabra de Dios, resolvió obedecer la palabra del diablo. Ésta es la primera señal del pecado: cuando obedecemos a Dios, nos sometemos a Él; porque aquel a quien sometemos nuestra vidas por la palabra, nos volvemos siervos. Cuando desobedecemos a Dios, automáticamente, obedecemos al diablo y, por eso mismo, les sometemos nuestras vidas, cayendo en el pecado.
A partir del momento en que rechazamos la Palabra de Dios, nos tornamos presa fácil del diablo a quien, consciente o inconscientemente, pasamos a obedecer. En otras palabras: el pecador es como aquel hijo cuyo padre lucha para criar, educar y darle lo mejor; pero cuando él crece, deja de honrar a su padre para honrar, en obediencia, convirtiéndose así en el enemigo de su padre.
El pecado nace de una manera simple y fácil. Por lo general, el pecador siente un atrevimiento hacia aquello que sabe que no lo puede hacer e intenta justificar su pecado, diciendo que lo hizo porque quería tener una experiencia o que lo hizo sin querer.
Por otro lado aquel que aun sabiendo de los errores que ha tenido, si embargo, comienza a obedecer la palabra de Dios, automáticamente da la espalda para el pecado y decide andar en la obediencia con Dios, se convierte en un justo delante de los ojos de Dios.
“PORQUE ASÍ COMO POR LA DESOBEDIENCIA DE UN HOMBRE LOS MUCHOS FUERON CONSTITUIDOS PECADORES, ASÍ TAMBIÉN POR LA OBEDIENCIA DE UNO, LOS MUCHOS SERÁN CONSTITUIDOS JUSTOS. PERO LA LEY SE INTRODUJO PARA QUE EL PECADO ABUNDASE; MAS CUANDO EL PECADO ABUNDÓ, SOBREABUNDÓ LA GRACIA.” (Romanos 5:19-20)
Amigo lector el único que puede tomar esa decisión es usted, no espere más tiempo. ¿Cuántas cosas usted ha perdido a causa se la desobediencia a la palabra de Dios? Decida hoy mismo dejar todo aquello que a Dios no le agrada para comenzar una nueva vida con Él.
CUANDO DESOBEDECEMOS A DIOS AUTOMÁTICAMENTE OBEDECEMOS AL DIABLO, SOMETIENDO ASÍ NUESTRAS VIDAS A ÉL CAYENDO EN EL PECADO Y EN TODO TIPO DE MALES