La disciplina nunca formó ni jamás formará parte del vocabulario de lo profano. Lamentablemente, la convivencia con determinadas personas forma parte de nuestra vida cotidiana, ¡no hay cómo evitar, sin embargo, la sociedad y la mezcla con ella jamás!
Cuando soy fiel a Dios no hay espacio para terceros, solo ÉL es el único DIOS y yo soy uno con ÉL en todas las circunstancias. No solo la infidelidad conyugal, sino toda inmundicia practicada por lo profano está asociada al desequilibrio espiritual, desencadenando mucho desorden en la vida secular.
Actualmente, con el cambio de valores, lo profano pasó a ser políticamente correcto dentro o fuera de las iglesias.
Solo los sellados por DIOS son capaces de identificarlos porque poseen el DISCERNIMIENTO DIVINO. La separación de la putrefacción existente en este mundo, nos garantiza un TESORO ETERNO que es la SALVACIÓN de nuestra alma para siempre.
Cléa Souza