Es importante seguir el principio de humildad y abnegación.
En una situación de conflicto, es fácil ponerse a la defensiva y concentrarse únicamente en las propias necesidades y deseos. Sin embargo, nosotros somos llamados a dejar de lado nuestros propios intereses y centrarnos en las necesidades de la otra persona. Esto requiere la voluntad de escuchar y comprender la perspectiva de la otra persona, y estar dispuesto a comprometerse.
En segundo lugar, uno debe también perdonar; el perdón es un componente esencial para resolver conflictos en una relación. Cuando surgen conflictos, es importante reconocer la herida y el dolor que la otra persona puede estar sintiendo y ofrecer perdón y buscar la reconciliación.
Para resolver conflictos de manera saludable, es importante escuchar a la otra persona. Esto requiere comprender la perspectiva de ella, saber y entender sus sentimientos, sus necesidades de una manera clara y no amenazante.
En conclusión, resolver los conflictos de manera saludable requiere humildad, perdón, escuchar a la otra persona y comunicación efectiva.
Por eso, todos los jueves en la Iglesia Universal hay una reunión para aquellos que quieren aprender cómo resolver conflictos dentro de su relación, de una manera saludable y donde ambos podrán avanzar y no retroceder. Es importante cuidar de nuestros seres queridos y mostrar el amor que Dios nos ha dado, hacia ellos.
Estaba en una relación donde lo único que existía era la violencia
Los problemas escalaron a tal extremo de que un día casi me mata al intentar estrangularme; esta situación nos llevó a la separación, por lo que me convertí en madre soltera. No sabía qué hacer, al no tener el dinero para poder sobrevivir me fui a vivir con mis padres, pero todo cambió cuando mi papá se enfermó gravemente y falleció.
Así me encontraba cuando mi madre empezó a participar en la Iglesia Universal. Al poco tiempo de estar concurriendo, ella me invitó y fue ahí donde aprendí a usar mi fe para poder alcanzar la paz que siempre estuve buscando.
Hoy mi vida es una bendición porque he encontrado las fuerzas para poder seguir viviendo. Perseverando en la fe y luchando los jueves por mi vida sentimental, fue como conocí a mi esposo.
Mi vida tomó otro rumbo, porque los dos tenemos la misma fe y las mismas prioridades. El tiempo pasó y fuimos bautizados con el Espíritu Santo, Él es quien dirige nuestras vidas y nos hace vivir en armonía y paz.
•• Sra. Brenda Vega, junto a su esposo