Antes de conocerse, el supervisor de instalaciones eléctricas Lucas Santana y la asistente administrativa Natalen Martins, ambos de 23 años, enfrentaron frustraciones relacionadas a la vida sentimental.
En la infancia Natalen cuenta que sufrió por causa de problemas entre sus padres, que decidieron separarse. Ella explica que creció oyendo que no debería confiar en los hombres: “Me enseñaron a nunca depender de los hombres para nada.
Me sentía autosuficiente, pero en realidad, no me valorizaba y cargaba inseguridades y traumas. No conseguía tener una relación seria con nadie.” Según ella, esa carga emocional negativa, la hizo olvidarse de ser feliz en el amor. Pero eso cambió cuando conoció la Terapia del Amor. “Con el amor inteligente aprendí a reconocer mi valor y a priorizar a Dios, lo que me ayudó a ser curada del pasado y así encontrar a alguien con los mismos ideales.”
Por otro lado, Lucas explica que también vivió un pasado de frustraciones: “Cuando tenía 18 años, me involucré con una persona que simplemente no me quiso más. Eso me causó un inmenso dolor y afectó mi lado emocional. Con eso, pasé a creer en lo que las personas decían: que no debería entregarme ni amar a nadie.” Pero así como Natalen, él encontró la cura para sus heridas a través de la Palabra de Dios.
Natalen y Lucas se conocieron por medio de amigos en común. En el inicio, ellos se convirtieron en grandes amigos, guiados por el amor inteligente, desenvolvieron un afecto mayor uno por el otro y decidieron asumir su noviazgo, luego de dos años formalizaron su relación en el Altar y hoy disfrutan de un matrimonio bendecido.
>>Natalen Martins.