El primer paso que las familias deben dar en dirección a la cura del vicio, es entender que la dependencia de su ser querido no se da por falta de carácter y si por la acción de un espíritu que dominó la mente del adicto. Sabiendo esto, pasamos a entender que la batalla es de naturaleza estrictamente espiritual. Cuando usted entienda que el vicio es un espíritu, no aceptará perder para el vicio y no esperará que suceda lo peor (como una tragedia), para perseverar en el tratamiento para la cura de los vicios.
Analicemos: Si usted permaneciese en el tratamiento y nada sucediese, no habrá perdido nada “sólo un poco de tiempo” pues estamos hablando de una clínica en la que no hay internación, ni costos, ni medicamentos, en la cual no habrá pérdidas financieras. Nuestros resultados prueban que tanto usted como su familiar pueden tornar la cura en una realidad al someterse al tratamiento para la cura de los vicios. La única certeza que usted puede tener cuando lidia con un ser querido en el vicio, es que la mecánica de decepción siempre es la misma para todo el núcleo familiar o afectivo. Cuando la mente de una persona es invadida por el peor de los enemigos; sus familiares y amigos quedan sin saber qué hacer. El ciclo interactivo del vicio (aislamiento – rescate – perdón – reincidencia – discusión – decepción – fuga) es perverso y de tan crítico, llega a minar la resistencia de las personas vistas como las más fuertes.
Continuara…
El Tratamiento transformó mi vida
Tenía 12 años cuando empecé a beber y fumar, a los 18 años me involucré en el crimen y pasé 13 años sumergido en esa vida.
Había dinero y drogas, pero me sentía más solo que nunca. En una de esas noches en la que estaba drogado, escuché el programa de televisión y empecé el camino de mi transformación.
Después de un año de participar en el Tratamiento vencí los vicios que me habían atado desde la niñez. Mi esposa y familia empezaron a notar la diferencia en mí. Hoy tengo paz y soy feliz con mi vida.