Jesús dijo que los que Lo aman de verdad guardan y practican Sus Palabras, las cuales entran en nosotros y las aceptamos.
Todas las palabras tienen un espíritu, es decir, detrás de cada palabra hay un espíritu.
Detrás de las palabras que contienen murmuración, mentira, suciedad, soberbia, violencia, ilusiones y fantasías, hay un espíritu, que es el espíritu de la duda, de la muerte, del miedo, de la división y del mal. Estos son los espíritus engañadores, y Dios revela en Su Palabra que son miles y miles.
- Por otro lado, detrás de la Palabra de Dios hay un espíritu, que es el Espíritu de la Vida, de la Fe, del Poder, de la Verdad, de la Esperanza, de la Luz, de la Dirección, el Espíritu que nos capacita para vencer los malos pensamientos, los sentimientos, las tentaciones, los problemas, las injusticias y las persecuciones.
“El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las Palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida”. Juan 6:63
Obispo Júlio Freitas