En el libro de San Lucas capitulo 17 versículo 11 dice: “ En su camino a Jerusalén, Jesús pasó entre Samaria y Galilea. Al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se quedaron a cierta distancia de él, y levantando la voz le dijeron: ‘¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!’ Cuando él los vio, les dijo: ‘Vayan y preséntense ante los sacerdotes.’ Y sucedió que, mientras ellos iban de camino, quedaron limpios.”
Aquellos leprosos fueron hacia Jesús y en el instante en que ellos pidieron auxilio Él les dijo: “¡actúen!, no se queden ahí parados, vayan y preséntense ante los sacerdotes”; en otras palabras les dio a entender que para que recibieran la cura era necesario que tomarán una decisión.
Uno de los primordiales problemas que presenta la humanidad en la actualidad y que ha presentado por siglos es: la indecisión; las personas esperan a que las bendiciones caigan del cielo sobre ellas sin hacer nada para merecerlas, gastan saliva y tiempo reclamando de Dios, pero se mantienen acomodadas de pie sin mover un sólo dedo, creyendo que esa actitud les traerá algo de provecho. Se saben la Biblia al revés y al derecho pero no viven lo que saben.
Jesús les dijo: “ Vayan y preséntense a los sacerdotes”, la actitud acompañada de fe es lo que generó el milagro de que ellos quedaran limpios de la lepra, la obediencia vino por el creer y el creer se generó cuando ellos decidieron hablar y poner un “¡hasta aquí!” a su problema. Existen muchas personas que tratan de usar a Dios como una máquina expendedora, desde su punto de vista ellos depositan su fe y esperan recibir el milagro, no se dan cuenta que la fe existe con un propósito superior y mayor.
Alguna vez usted se ha preguntado: “¿Dios es mi amigo? ¿Es Él el dueño de mi vida? O ¿sólo lo utilizó para recibir bendiciones?”.
“ Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, volvió alabando a Dios a voz” (San Lucas 17: 15).
De los 10 que habían sido sanados sólo 1 volvió, imagínese la escena: -10 personas se acercan a usted y le piden un favor, usted se apiada de ellos y los ayuda y de aquellos que usted ayudó sólo uno vuelve a agradecerle, ¿cómo se siente usted? ¿le gustaría volver a ayudar a esas personas?
En la Iglesia hay un montón de personas que hacen eso a diario, vienen piden a Dios el milagro y luego de recibirlo se alejan, y regresan de nuevo cuando necesitan pedir algo más.
Dios a diferencia de los seres humanos, siempre estará con lo brazos extendidos para ayudarlo, pero que pasa si usted deja este mundo mientras esta lejos de Él. Busque el Reino de Dios ahora y tenga la plena seguridad que el resto vendrá por añadidura.