«Regocíjate sobremanera, hija de Sión. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna.» (Zacarías 9:9).
Es un hecho y verdad que el SEÑOR JESÚS vino a este mundo como hombre, se despojó de la Nobleza del Cielo y vivió una vida simple aquí en la Tierra, incluso montó en un burro, aun siendo Hijo del REY y pudiendo haber sido honrado con un carruaje de oro. Pero así Él vino, con la misión de salvar a todos los pecadores. Dios había dicho a través del profeta Zacarías que el Mesías sería tratado así. Él vino para Su pueblo, pero ellos no Lo reconocieron como el Rey y Redentor de todos.