¡Buenas tardes obispo!
Y oyeron al SEÑOR Dios que Se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Génesis 3:8
La pareja se escondió porque Satanás ya había sembrado la duda en ella. Los dos se escondieron detrás de un árbol.
La duda hace que la persona siempre camine atrás de alguien (quedarse atrás) como en la foto (arriba). ¡No lo merezco! ¡Pequé! ¡Me equivoqué! ¡No lo consigo! ¡Soy incapaz! ¡No sé hablar! ¡No tengo belleza física! Duda de la iglesia, de los pastores, de la Biblia, de la Salvación y otras dudas más. Todo eso ata la vida material de la persona, además de impedirle que reciba el Espíritu Santo. En la duda nadie decide nada, todo queda para después, inclusive el bautismo con el Espíritu Santo. Dos maneras de vencer a la duda:
1º Encararla como pecado y confesarla delante de Dios (Romanos 14:23) “todo lo que no procede de fe, es pecado.”
2º Mirar hacia lo que Dios ya hizo, oraciones que ya fueron respondidas, así no habrá duda, sino la certeza de que la Palabra de Dios no fallará.
¡Dios los bendiga!