NUESTRA VIDA ERA UN CAOS, HABÍA MISERIA, PROBLEMAS ESPIRITUALES, DE SALUD Y EN LA FAMILIA; ERA UNA VIDA LLENA DE HUMILLACIONES.
Fátima, quien ahora es mi esposa, me conocía y sabía que yo estaba alejado de Dios y me invitó a la Iglesia, me ayudó espiritualmente, pues ella junto a su familia ya habían vencido todos sus problemas económicos, de salud, familiares y espirituales. No fue fácil, pero un día decidí tomar las cosas de Dios en serio, fui liberado, comencé a obedecer la Palabra de Dios y consecuentemente recibí el Espíritu Santo. Hoy estamos felizmente casados, nuestra familia es una bendición. En el área económica, Dios nos dio dirección y decidimos obedecerla, por eso, no faltamos los lunes al Congreso y a través de la fe conquistamos varias ópticas, tenemos nuestra casa, autos y seguimos firmes en el pacto.
•• José y Fatima siguieron la dirección de Dios y hoy han cosechado el éxito