Esa primera generación que estará en el Templo es privilegiada, pues este proyecto es mucho más grande que todas las explicaciones que ya tuvimos.
Es algo que tal vez solo después, si el Señor Jesús no vuelve antes, nuestra posteridad entenderá realmente lo que está haciendo el Espíritu Santo aquí en la Tierra.
Abraham vivió toda aquella fe, toda esa obediencia a la voz de Dios, sin embargo él no tenía la dimensión del alcance de su obediencia. Sabía que sería padre de una gran nación, pero hasta hoy, después de tanto tiempo, esa nación que somos nosotros, continúa avanzando y creciendo enormemente.
Obedecer a la voz de Dios trae resultados ahora, sin embargo el mayor resultado solo el tiempo lo demostrará.