Una de las cosas más feas que una mujer puede tener es pereza y ella lo sabe. La pereza nos hace desahogarnos con las personas a nuestro alrededor.
Las cosas no funcionan como deberían, el tiempo pasa demasiado rápido, quedan tareas pendientes y de repente estamos gritándoles a nuestros hijos, siendo rudas y poniendo los ojos en blanco a espaldas del jefe. Y nos enfurecemos nosotras mismas, pues en el fondo sabemos que es nuestra culpa. Podríamos haber hecho más, pero decidimos ser perezosas.
Ellas simplemente no son lo suficientemente buenas para asumir cargos importantes.
La pereza no está asociada solamente al trabajo, sino a todo nuestro alrededor: la manera en la que cuidamos nuestra apariencia y nuestra salud; la hora en que nos levantamos y comenzamos el día; la limpieza de nuestro cuarto o de nuestra casa; como nos comportamos en la escuela o el trabajo, etc. Básicamente, todo en nosotras revela si somos trabajadoras o perezosas.
Generalmente, las personas atribuyen la pereza a la falta de tiempo. Dicen que no tienen suficiente tiempo para cuidar de todo, pero si las acompañas durante todo un día, descubrirás dónde realmente gastan su tiempo…
Ellas gastan mucho tiempo en realizar sus tareas, no se esfuerzan para terminar lo que comenzaron y la mayoría de veces, son vagas y se distraen fácilmente.
Las 24 horas del día nunca son suficientes para la persona perezosa.
La mujer Virtuosa, es trabajadora. Ella no trabaja duro sólo con las manos, sino con la cabeza también. Ella está siempre aprendiendo cosas nuevas, siempre invirtiendo un poco más en sus habilidades. Y no necesita que nadie le mande a hacer eso. Ella trabaja duro porque quiere. Para ella no es un peso aprender nuevas tareas como aprender un nuevo idioma, cocinar, manualidades, etc.
Cuando trabajamos con voluntad, aunque sea un trabajo duro, mostramos que somos merecedoras de confianza, un mejor trabajo, un buen salario, de tener responsabilidades mayores.