Comencé a sufrir molestias, náuseas y dolores de estómago.
Prácticamente todos los alimentos me hacían mal y, por recomendación médica, eliminé lo que agravaba los síntomas, pero el problema no se resolvía, ni siquiera con medicamentos Debido a los dolores visité a varios especialistas para saber cuál era el verdadero problema.
Pasé por medicina general, cardiología, ginecología, dermatología, nutricionista y gastro especialista, quienes me pidieron que me hiciera una endoscopia en el cual me salió infección por Helicobacter pylori.
Estaba cansada de pasar por varios médicos y, después del diagnóstico me enfrenté a momentos muy difíciles, pues los medicamentos eran muy fuertes, me causaban más dolor y, además, desarrollé anemia.
Por otra parte, era doloroso no comer las cosas que me gustaban; hasta un simple pan me causaba mucho dolor.
Por más de 6 años ella buscó, sin éxito, descubrir cuál era la enfermedad que la aquejaba.
Participando de las cadenas de sanidad y confiando en que el Doctor de Doctores ya estaba resolviendo mi caso, un día el milagro aconteció -Recuerdo como si fuera ayer que comí un trozo de pan con mantequilla y café por la mañana y, con el paso de las horas, ya no sentía dolor ni molestia alguna. Ese día lloré de alegría. Me curé-.
Hoy llevo una vida normal, ya no tengo dolores de estómago y restricciones dietéticas. Mi cuerpo volvió a absorber las vitaminas que estaban deficientes. El Señor Jesús restauró completamente mi salud.