Noté que mi hija respiraba con mucha dificultad y tenía síntomas de somnolencia, cuando la llevé al hospital, tuvimos que internarla.
A Sofía le diagnosticaron septicemia y reflujo gastroesofágico. Todo esto la hizo pasar por un tratamiento y una larga estadía en el hospital.
Comenzó cuando tenía tres meses; pasó un mes en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).
Yo estaba muy alejada de la Presencia de Dios, al ver a mi hija en esa situación, mi reacción inicial fue de desesperación, pero pronto actué con fe. Su sanidad ocurrió después de que los pastores fueron a la UCI, oraron por ella, después de ese día su salud se recuperó.
Después de la alta médica regresamos a casa, pero Sofía padecía aún la enfermedad; los médicos dijeron que necesitaba cirugía, que debía tomar medicación de uso continuo y que nunca sería una niña normal.
Durante este período, regresé a la Fe. Comprendí que necesitaba estar cerca de Dios para perseverar frente a las luchas constantes. Más tarde, recibimos el informe completo de sanidad de Sofía, ya que era la respuesta a los votos y cadenas de oración.
votos y cadenas de oración. Los médicos no entendieron por qué tenía varios síntomas y, de repente, los resultados de las pruebas ya no mostraban nada. Su recuperación no tuvo explicación, pero fue una acción de Dios.