Lamentablemente el ser humano renuncia a su más grande capacidad, a cambio de su mayor debilidad. ¿Cómo es posible tal cambio? Es muy simple: renuncia a actuar por la razón, a cambio de actuar por los sentimientos.
Cuanto menos la persona sea razonable, más sufrirá en este mundo.
Como seres inteligentes que somos, debemos conducir nuestras vidas por medio de la racionalidad. Hay personas se enferman, cometen homicidio, se matan, pierden el sentido común de la vida, por estar “embriagados” de sentimientos.
Alimentan resentimientos, rencores, complejos, orgullo, miedo, egoísmo, negatividad… y así van perdiendo cada vez más su capacidad de pensar, y se alejan completamente de sus proyectos y objetivos.
Cada día debemos hacer un análisis de cómo estamos actuando, si por la razón o por los sentimientos, y al encontrar cualquier sentimiento que nos esté impidiendo de avanzar en la vida, eliminarlo inmediatamente, y de no ser así, estos sentimientos se van convirtiendo en un cáncer que avanza rápidamente hacia a la muerte.
Piense, razone y aprenda a invertir en sí mismo, meditando en las Sagradas Escrituras, conversando con Dios a cerca de tus debilidades, y principalmente, actuando por la razón.
Tu vida avanza o retrocede según decides actuar, ¿retroceder por los sentimientos o avanzar por la razón? Tú sabrás, porque nadie puede decidir por uno.
Conozca esta vida maravillosa de la que estamos hablando, busque al Autor de la Vida, al Único y Verdadero Dios que te puede proporcionar la vida realizada que hasta ahora no la has encontrado. Empiece hoy a valorar tus potencialidades e ignorar a las debilidades.
Un fuerte abrazo.