¡Buen día, obispo Macedo!
El día 7 de marzo del 2010 comencé a leer “El Poder Sobrenatural de la Fe”. Era un libro que mi mamá tenía en casa. Este era el noveno y último libro en 45 días de depresión. No hacía otra cosa a no ser aislarme, llorar y leer.
En las primeras páginas, el Espíritu Santo – que ni me imaginaba que existía – me mostró que todo lo que yo estaba haciendo estaba mal. En ese momento vi toda la suciedad y cómo yo no servía. Me arrodillé y Le pedí perdón al Señor Jesús, y entonces lloré, lloré, reí y lloré. Y cuando me levanté, ya no estaba más triste. Decidí que el viernes siguiente iba a ir a la iglesia. Llegué a la Universal el día 12 de marzo del 2010, ¡y no salí más!
Los libros que usted escribe son poderosos. Sacan a las personas del infierno. Esta noche termino de leer “Ayuno de Daniel”.
¡Que Dios los bendiga infinitamente más para que continúen compartiendo la Fuente de Vida con nosotros!
Me olvidé de comentar un detalle: yo también lo odiaba a usted y pensaba que la Universal era como una empresa… ¡Ya Le pedí tanto perdón a Dios!
Hoy lo quiero mucho a usted y a su familia y estoy eternamente agradecida por la entrega de ustedes, por la Universal. Si no fuera por eso, ya estaría en el infierno, quemándome para siempre…
Laura Paola Sakamoto – Indaiatuba – SP