¡Hola, obispo!
El último domingo fui al velorio del pastor Jorge Lima, que falleció aquí en São Paulo.
Los familiares incrédulos lloraban mucho, y el clima era de tristeza, como en todos los velorios. En el momento en el que el obispo llamó a la familia y fue a orar por ellos, sucedió algo que hizo que todos se sorprendieran.
El padre del pastor Jorge, el Sr. Jorge Amilton, pidió la palabra y dijo lo siguiente:
"Hoy es el Día del Padre, y yo perdí a mi hijo Jorge Lima. Pero puedo decirles a ustedes que este es el MEJOR REGALO que podría haber recibido el Día del Padre. ¿POR QUÉ?
Porque puedo golpearme el pecho y decirles a todos: yo no perdí a mi hijo para el mundo, para las drogas, para el infierno. Yo lo perdí para DIOS. Ustedes no deben llorar por Jorge, sino lloren por sus hijos, hermanos, primos que están perdidos en el mundo. ¡Dejen de llorar y vamos a alegrarnos, porque el Cielo está de fiesta con la muerte de un justo!"
Esta Palabra hizo que todos quedaran en silencio. Vi a personas tragándose su llanto, y una paz se apoderó de todos.
¡Esta es la Fe Universal que nadie entiende! Nosotros vamos a contramano del mundo.
Y en lugar de lágrimas y llanto, esparcimos la Vida y la Fe.
¡Qué privilegio tener esta Fe!
Pastor Heverton Hernandes