Todo lo que hay en esta tierra tiene un valor. Se suele decir que el tiempo es dinero. ¿Y cuál es el valor de algo Eterno? Por eso, hay una guerra. Una guerra invisible por su alma entre el bien y el mal.
El ser humano tiene este mal hábito de solo valorar algo cuando lo pierde, pero no debería ser así. Si usted valora su alma, su vida, a su Dios y Creador, dele a Él lo más valioso que hay en el mundo, y Él le promete la Eternidad (¡por gracia!).