En la vida, pocos logran entender que grandes dificultades, resultan en enormes posibilidades. Terminan frustrados, desfallecidos, humillados, avergonzados… porque delante de grandes obstáculos, prefirieron la “vía rápida”, llamada desistir.
En un mundo globalizado, donde cada día, los grandes imperios van “desvalorizando” a los pequeños, la sociedad se ha vuelto esclava, ya no a los azotes, sogas o cadenas, mas bien, se tornó esclava de la situación impuesta por los problemas enfrentados.
Lamentablemente, se pasó a dar mucha más importancia a los problemas, que a la búsqueda de las soluciones. Es más valorado el nombre del delincuente, que el del policía que lo arrestó, la enfermedad tiene más importancia que la medicación… y así un mundo de miedo y terror, se apodera cada día de la sociedad.
En la Universal, trabajamos a diario, para liberar a las personas de esta esclavitud mental, espiritual y social. Sabemos que no hay imposibles cuando la persona decide tomar el control de su vida, y que sí es posible lograr una vida de calidad. Para el pueblo de Israel, en los tiempos de Josué, era muy difícil creer que era posible conquistar algo, puesto que fueron esclavos y nunca habían conquistado nada. Pero la Profecía fue clara: Josué 3:10 – “Y Josué añadió: En esto conoceréis que el Dios vivo está entre vosotros, y que ciertamente expulsará de delante de vosotros a los cananeos, a los hititas, a los heveos, a los ferezeos, a los gergeseos, a los amorreos y a los jebuseos.” Para los más negativos, Jericó era el fin del trayecto, pero para los que ya no aceptaban más la vida miserable del desierto, era la “Puerta de Entrada de la Tierra Prometida”. Nos estamos preparando para la Mayor Campaña de Conquistas de todos los tiempos, y si usted está cansado de nunca ver nada nuevo en su vida, Jericó es el punto de partida, para una vida de conquistas. ¡Que Dios le bendiga!