Y el Señor preguntó a Satanás: “¿De dónde vienes?” Entonces Satanás respondió al Señor: “De recorrer la tierra y de andar por ella.” Y el Señor dijo a Satanás: “¿Te has fijado en Mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra; es un hombre intachable (íntegro), recto, temeroso de Dios y apartado del mal. El todavía conserva su integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa.” Satanás respondió al Señor: “¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Sin embargo, extiende ahora Tu mano y toca su hueso y su carne, verás si no Te maldice en Tu misma cara.” Y el Señor dijo a Satanás: “El está en tu mano; pero respeta su vida.” (Job 2:6)
Job era un hombre integro apartado del mal. Justicia no le faltaba.
Integridad de carácter, mucho menos. Su fe era envidiable, ya que temía a Dios y se desviaba del mal. Entonces, ¿cuál era su problema? La justicia propia.
Dios le dijo a satanás que él podía tocar en todo menos en el alma de Job a causa de su comportamiento íntegro, recto, y de temor a que le tenía.
Continúa más diciendo: “Entonces Satanás salió de la presencia del Señor, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla. Y Job tomó un pedazo de teja para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. Entonces su mujer le dijo: “¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete.” Pero él le dijo: “Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?” En todo esto Job no pecó con sus labios.” (Job 2:9-10).
A pesar de las luchas que el pasó dentro de su hogar, él no abandonó su fe y continuó firme con Dios porque sabía que Él era el único que podía curarlo y librarlo de aquel mal. Hoy muchas son las personas que en vez de aferrase a Dios cuando están pasando por dificultades, ellas lo primero que hacen es desistir y piensan que con la fuerza de su brazo pueden resolver los problemas que se le han presentado, Job luchó y perseveró con Dios a pesar de los comentarios que su esposa le dijo para desistir.
Job no desistió ni dejó de confiar, aun pasando por problemas y Dios lo bendijo nuevamente por eso. Job recibió de Dios todo el doble y fue bendecido, tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil burros y además de eso tuvo siete hijos y tres hijas más. Él vivió muchos años y fue muy feliz en la compañía de sus hijos y nietos.
Usted puede tener la disposición que Job tuvo y así traspasar las dificultades que esta viviendo, sólo depende de usted.