Existen dos tipos de fe: la natural y la sobrenatural. La fe natural viene desde el vientre de nuestra madre y funciona dentro de nosotros. La fe sobrenatural se desarrolla en un mundo totalmente espiritual a través del conocimiento de la Palabra de Dios.
La fe sobrenatural es el único canal de comunicación entre el mundo físico y el espiritual, entre el ser humano y Dios. En las Sagradas Escrituras encontramos muchos ejemplos de manifestación de la fe sobrenatural, uno de ellos es Josué que gracias a la fe sobrenatural pudo parar el sol y la luna.
“Entonces Josué habló al Señor el día en que el Señor entregó a los amorreos delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de Israel: Sol, detente en Gabaón, y tú luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la nación se vengó de sus enemigos.” (Josué 10:12-13).
El sol ya se estaba poniendo y la batalla aún no había llegado al fin. En esa época, obviamente, no había luz eléctrica ni armas de fuego, una batalla en lo oscuro era una situación que Josué necesitaba evitar.
Varias veces el Señor le ordenó a Josué: “No les tengas miedo, porque los he entregado en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir” (Josué 10:8). Era hora de prácticarlo, él sabía que Dios ya había entregado a los enemigos en sus manos. Sin pensar mucho en la actitud que iba a tomar, le dio una orden al sol y a la luna para que se detengan en lugares opuestos, para muchos ese acto de fe sobrenatural sería una locura, sin embargo, Josué no lo vio así pues su confianza estaba en el Creador de los cielos y la tierra.
¿Cómo conquistamos la fe sobrenatural, la fe que funciona, la fe que es locura para los que se pierden? Nosotros la conquistamos cuando tenemos un corazón simple, humilde, constantemente en el Altar de Dios. Porque la fe, que es de Dios, nace de la comunión con Dios. Es la fuente de la fe sobrenatural, y para que tengamos ese don, esa dádiva, ese talento, debemos estar en continua relación con Dios.
Dios busca hombres y mujeres de fe valientes, con coraje, sin temores, intrépidos y audaces para realizar a través de ellos obras grandiosas.
Por tanto, esas son las personas que manifiestan la fe sobrenatural que agrada a Dios. Sin fe es imposible agradarlo. Pero, para eso la calidad de fe de ella no puede ser débil, mezclada con emoción y entusiasmo. La fe sobrenatural no se deja llevar por las circunstancias ni por los sentimientos. Evalúe su fe y verifique si de hecho y de verdad ha funcionado. De lo contrario, llegará a la conclusión de que no ha funcionado, justamente por estar mezclando fe con emoción.