La exigencia por una relación viene de todos lados; familia, amigos y usted misma(o) no dejan de cuestionar por qué la soltería aún permanece en su vida. Preguntas como: “¿A dónde está el novio(a)?” “Pero, ¿cómo una mujer tan bonita como tú no tiene a nadie?” Y, finalmente, usted termina: “¿Habrá algo malo en mí?” Y la cosa empeora cuando usted comienza a compararse con sus amigos que están de novios o que ya están casados.
Esos son ingredientes para el fracaso en la vida sentimental.
Y si mezcla todo y lo deja en el horno de su corazón, con las emociones prendiendo fuego, en poco tiempo saldrá un maravilloso pastel de ansiedad. Y también alcanza para hacer una cobertura de carencia y frustración. Esa es la receta perfecta para un desastre.
Muchas personas viven en una crisis emocional, piensan que nunca van a encontrar a nadie.
Es por esto que el tercer jueves de cada mes tenemos una reunión especial dedicada para los solteros “La Hora de los Solteros”, espacio en el que usted podrá conocer a personas con el mismo objetivo, encontrar el amor inteligente.
Conquisté la bendición familiar cuando aprendí a confiar en Dios
Desde muy pequeña estuve rodeada de problemas, por lo que me convertí en una joven rebelde; las malas influencias me indujeron hacer cosas ilícitas y a relacionarme con personas equivocadas. Así me encontraba cuando una tía me invitó a participar en la Iglesia Universal.
Perseverando en la fe fue como aprendí a confiar en Dios, y a ser libre de todo sufrimiento.
Hoy no solamente estoy libre de los traumas del pasado, sino que he aprendido a amar, algo que nunca pensé que podía hacer, ya que aquí fue donde conocí a mi esposo.
Así fue como no solamente conquisté mi liberación sino a mi propia familia y la bendición en mi vida sentimental.
•• Ana Marcela Rivera