Para obedecer a Dios, la persona debe renunciar a sus voluntades con el fin de agradarlo. Este tipo de sacrificio sirve para mantener la comunión con el Altísimo. Del mismo modo, si no hay renuncias y sacrificios en una relación matrimonial, esa unión estará destinada a romperse.
Si ambos se sacrifican por el bien de su cónyuge, fortalecerán el vínculo sentimental.
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades… contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:12
Otros cometen el error de luchar contra su cónyuge y lo fuerzan a cambiar. Sin embargo, sus fuerzas deberían unirse para luchar juntos en contra de la situación. Si los dos son un equipo, nada los podrá destruir.
Ya no creía en el amor
En muchos momentos de mi vida consideré abandonar mi creencia en el amor verdadero, ya que pasé por tantas dificultades que me llevaron a querer estar sola para siempre. Quedé embarazada con el objetivo de construir una familia, pero no imaginé que aquello me llevaría a la ruina.
Pero en poco tiempo llegó la separación, pues habían muchas peleas y desacuerdos. Así que decidí explorar el mundo en busca de la felicidad.
Estuve con muchas personas en esa época, pero ninguna pudo llenar ese vacío. Mi sueño de ponerme un vestido de novia murió con esa traición”, relata Patricia..
Nuevo comienzo
Fui invitada a participar de las charlas en la Terapia de Amor, durante las reuniones conocí a mi actual esposo; él también pasó por muchas relaciones que no funcionaron.
Así, nos dimos la oportunidad de conocernos, hasta que decidimos casarnos. Permití que el Espíritu Santo me sanara para que hoy pudiera hacer de mi esposo un hombre realizado. Hoy tenemos un hogar de paz y alegría.
•• Sra. Patricia, junto a su esposo.