(…) Hoy he construido mi hogar con una esposa maravillosa.
Los problemas familiares que tenía, me empujaron a buscar una felicidad efímera, en estas, malas amistades y vicios como: drogas, alcohol, pornografía. Sentimentalmente las relaciones en las que me encontraba no funcionaban. Todo esto me llevó a una profunda depresión.
asta que meinvitaron a participar en la iglesia Universal, aquí aprendí a usar mi fe y perseverando en el Tratamiento para la Cura de los Vicios, obtuve una nueva vida.
Hoy soy un hombre libre de vicios, ya no hay rencor en mi corazón, tengo paz, alegría y he construido un hogar con una esposa maravillosa. Económicamente tengo estabilidad, pero sobre todo recibí el Espíritu Santo, Quien me guía en mis decisiones y me da el equilibrio emocional que necesito para vencer día a día.
Joel Cedeño.