Mucho se habla en estos días del “espíritu navideño”, aparentemente un es período dónde se valora más al prójimo, a la familia, pues al final, se celebra el nacimiento del Señor Jesús, ¿correcto? ¡Errado!
Las luces que se ven son las luces de los comercios, tratando de vender al máximo. Las personas están envueltas en el espíritu del consumismo, que en realidad enmascara la búsqueda desesperada de llenar su interior.
Todo un año perdido, por las frustraciones, por los problemas que no pudieron ser superados a lo largo de más de 300 días que ya pasaron, y que ahora, se busca “olvidar” por lo menos comprándose algo.
Me gustaría llamarle a su inteligencia, amigo lector, pues una vez más nos acercamos a un nuevo año, y está a su alcance determinar lo que sucederá en el 2014.
¿Cómo encender la alegría en la familia? ¿Cómo iluminar el corazón triste? Solo hay una cosa por hacer: ¡Un pacto con Dios! Buscar la verdadera Luz del Mundo, y así, alcanzar lo que jamás ha alcanzado.
¡Es su momento! Estamos en la Mayor Campaña de Conquistas de todos los tiempos, prepárese para una vida nueva y estable, pero para eso es necesario ser obediente a la Palabra de Dios.
Deuteronomio 28:1-6 “Y sucederá que si obedeces diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el Señor tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al Señor tu Dios: Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa. Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas.”