A diferencia de los posts anteriores, me gustaría hablar hoy de las leyes. Aún no siendo experta en el asunto, me gustan los desafíos y salir de mi zona de confort pues todo eso me obliga a pensar y como ya es sabido: ¡Pensar y cuestionar las cosas terrenas nos hace libres!
Paciencia en este momento, vamos a leer la declaración de hoy: el Ministerio de Fe Inteligente advierte – Si le gusta hacer escenas en la calle, enfrentarse a oficiales de policía, pensar que cada persona blanca odia a las personas negras o pasa la vida soñando que un político finalmente dará el valor que la población afrodescendiente merece y etc … Lo siento, la revelación a continuación no funcionará para usted.
Hay dos leyes fundamentales para todo ser humano (independiente del color), y fueron otorgadas por el propio Señor de señores, veamos:
“Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todo tu pensamiento. Este es el primer y gran mandamiento.
Y el segundo, semejante a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. “Mateo 22: 37-40
Ahora veamos La ley Áurea (ley por la cual se abolió la esclavitud en Brasil):
La Princesa Imperial Regente, en nombre de Su Majestad el Emperador, D. Pedro II, hace saber a todos los súbditos del Imperio que la Asamblea General decretó y sancionó la siguiente ley:
Artículo 1º: Es declarada extinguida desde la fecha de esta ley la esclavitud en Brasil.
¡La participación de la Princesa Isabel en la historia de las raíces negras brasileñas fue espléndida, sin duda alguna! Y podemos decir que ella cumplió un mandamiento, una ley Divina, le hizo a su prójimo lo que le gustaría que hubieran hecho con ella.
Ahora, mi pregunta es: ¿Y usted, negra cristiana, ha estado cumpliendo las leyes Divinas más importantes? ¿Usted ha amado al Altísimo con toda su existencia, y ha amado a su prójimo blanco (incluso si no es mutuo) como a usted misma?
Entienda mejor cómo funcionan estos mandamientos en la práctica:
Amar a Dios = ya no le importa este mundo, porque Dios completa su ser. También es consciente de que seremos odiados por amarlo y no por ser negros.
Amar al prójimo como a usted mismo = Hacer por la otra persona todo que le haría feliz si alguien lo hiciera por usted, y NO hacer a la otra persona lo que se no le gustarían que hicieran o hacen con usted, lastimar, ser racista, o la falta del perdón ante un error, por ejemplo .
Si devuelve el racismo con la misma moneda y vive indignada por no ser aceptada por el mundo, lamento decir que no, usted no ha cumplido el mayor mandamiento Divino, anulando así todo el esfuerzo de la respetada princesa Isabel (¡pobre!), que hizo de todo para liberar a nuestros antepasados y asegurarnos un futuro lleno de oportunidades y sin las tenebrosas y oscuros barracones.
La ausencia del cumplimiento de la ley Divina no le permite disfrutar de la libertad de la ley humana, la tan famosa Ley Áurea no entró en vigencia en su vida.
Si usted es negro y no sabe perdonar a aquellos que le ofenden o luchan con uñas y dientes para ser aceptados por este mundo tenebroso … es un proscrito de Dios y por lo tanto, sigue siendo un esclavo. Por esa razón, vive esperando las migajas del gobierno, vive esperando una luz al final del túnel, en vez de decidir reflejar el brillo del Altísimo a los demás, sacándolos de los barracones espirituales y emocionales como un día el Señor Jesús hizo.
Sin obediencia a las leyes Divinas cualquier otra ley sancionada a nuestro favor, no valdrá nada.
De todos modos, ¡la intención de la Princesa Isabel valió la pena!