Rechacé todas las palabras de muerte y comencé a creer en el milagro.
A los 7 años una gripe lo llevó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “Durante ese período utilizamos varios tratamientos pero no mejoraba.”, cuenta Mary Ellen, madre de Max. Las primeras pruebas mostraron la presencia de agua en el pulmón. “Ese mismo día, ya en la UCI, le dio un paro respiratorio seguido de un paro cardíaco. Los médicos lograron reanimarlo”, dice.
Al día siguiente, la condición pasó a una insuficiencia renal. “cuando lo vi estaba muy hinchado. Además, los médicos me dijeron que no había nada más que hacer y que la probabilidad de que sobreviviera era del 1%”. Palabras de muerte “Todos los días escuchaba palabras negativas, como: ‘no podrá soportarlo’, ‘si sobrevive, quedará con secuelas’. Ya conocía la Iglesia Universal y sabía que debía usar mi fe para revertir esa situación.
Estuve todo el tiempo en oración, le colocaba algodón con aceite consagrado y participaba de las cadenas de sanidad. Hasta que un día dio señales de que sus pulmones volvían a funcionar, al igual que sus demás órganos. Hoy en día, Max lleva una vida normal para un adolescente de su edad, no ha sufrido ninguna secuela.
Vi lo sobrenatural y puedo decir que sentí la Presencia de Dios todo el tiempo”, concluye.
» Mary Marques Estilista