Nadie espera que un hijo se pierda en el mundo de los vicios, ni que un matrimonio se destruya por una adicción; cualquier persona, en ambos casos, esperaría lo mejor. De la misma manera una persona adicta nunca se imaginó ser dominada por el vicio.
Pero desde que éste apareció en su vida o en la de un familiar TODO SE CONVIRTIÓ EN LUTO. Sólo pérdidas a dejado como consecuencias.
Miles de familias desesperadas buscan alternativas para acabar con ese sufrimiento, que aumenta cada día y parece no tener fin, a pesar de los distintos métodos, muchos han pasado a generar un sentimiento de impotencia, ya que no han dado ningún resultado positivo.
Entonces, ¿cómo ponerle fin a ese sufrimiento que traen los vicios, no sólo para el adicto, sino también para las personas en su entorno: familia, pareja, amigos, etc.?
El alcohol nos tenía esclavizados, pero aprendimos a darle fin a esa adición
“Antes de participar en el Tratamiento para la Cura de los Vicios, estábamos muy mal, totalmente destruidos por causa del vicio del alcohol, perdimos trabajos, habían muchas peleas entre nosotros, tomábamos casi todos los días e íbamos de fiesta en fiesta.
Llegábamos a tal punto en que bebíamos tanto que perdíamos el conocimiento. Era una vida triste, amarga, sin luz y de constantes problemas en todos los aspectos”, cuenta el Sr. Washington.
“Habían momentos que pensaba en la muerte porque intentábamos salir de los vicios y no podíamos, éramos como muertos en vida, hasta que llegamos al tratamiento”, relata la Sra. Virginia.
“Gracias a la perseverancia y obediencia a la disciplina del tratamiento, nuestras vidas han sido transformadas, tenemos paz, somos muy unidos, no tenemos más el pensamiento de los vicios, estámos totalmente curados, gracias a Dios”, finaliza el Sr. Washington.
Hay un método que está probando que LOS VICIOS SI TIENEN CURA, participe este Domingo a las 3 de la tarde del Tratamiento para la Cura de los vicios, un tratamiento sin internaciones, sin medicamentos y sin costos. Y ponga fin a ese luto causado por los vicios. Si su familiar adicto no quiere ayuda, venga usted para interceder por él.