La puerta que Dios abre el diablo no la puede cerrar; igual que la puerta que Dios cierra, el diablo no puede abrirla. Usted debe comprender, entender y guardar dentro de su corazón, que todos nosotros dependemos de Dios.
“Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Y él respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos. Eliseo entonces oró, y dijo: Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.” (2 Reyes 6:17)
Al leer el versículo podemos identificar la clave del por qué muchas personas son bendecidas, mientras que otras no.
El joven que se encontraba junto a Eliseo carecía de algo, igual que muchas personas que concurren a la Iglesia necesitan y que Eliseo poseía.
Entonces usted dirá ¿pero qué es lo que él tenía que su criado no? Y eso es: la visión de que Dios estaba con ellos.
En ese momento él no vio a Dios, sino al ejército que estaba frente a ellos. La mayoría de las personas que concurren a la Iglesia aspiran obtener la bendición de parte de Dios pero no abren su visión para Él y sólo se preocupan por ver los problemas que se encuentran frente a ellos.
La primera cosa que usted debe hacer es abrir su visión; sin visión nada puede ser conquistado.
De qué sirve frecuentar las reuniones si su mente está cerrada. Y ese es el problema de la mayoría de las personas. Si se quedan sin trabajo en lugar de abrir su visión y contemplar el independizarse y montar su propio negocio, la persona sólo queda preocupada pensando en las deudas y que no va conseguir un nuevo empleo.
Mientras ustedes no aprendan a abrir su visión y mirar para Dios, todos sus problemas serán GRANDES desde su perspectiva. Recuerde a nuestros ojos sólo hay Uno que debe ser grande y este es DIOS.
Si usted deja de ver el problema y se concentra en Dios, no importa qué tan imponente y grande se vean las dificultades, Dios siempre será superior.