No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15)
Cuando Dios habla a cerca de no amar las cosas del mundo, Él se está refriendo a las personas que están apegadas a algo; ya sea este un bien material o una ser querido. Muchos están impacientes. Preocupados por las cosas de este mundo, desvían su atención de lo que realmente es importante. Duermen el sueño de la ansiedad; de las distracciones; de la religiosidad; de la comodidad. Duermen el sueño de la muerte.
Usted puede llegar a tener todo en esta vida, pero su corazón no debe estar aferrado o muy apegado a algo, pues todo es pasajero, todo un día pasa, y cuando morimos no nos llevamos nada.
A pesar de nuestros errores, Dios no desiste de nosotros, y nos da siempre una Palabra, por la cuál somos libres, orientados y fortalecidos. Todos los seres humanos somos criaturas de Dios, pero no todos son hijos de Dios. Para tornarnos hijos de Dios tenemos que nacer de nuevo, cuando nacemos de Dios, todo cambia; el carácter, la manera de pensar, actuar, la persona comienza a vivir por la fe.
El nacido de la carne es aquella persona que está convencida que Jesús es el Señor… Pero en si, ella no se ha entregado a Él, no practica la Palabra y no vive en obediencia a Dios.
Lo más importante en esta vida, es su alma, pues ella vivirá toda la eternidad. Recuerde, el mismo valor y cuidado que usted le da a su alma es el valor y cuidado que le da a Dios.
Cuando la persona no se rinde a Jesús, ella va a la iglesia, a veces manifiesta la fe y hasta es bendecida, pero su interior no cambia, sigue practicando los mismos errores de antes, tiene mal carácter, etc.
Si usted quiere tener una nueva vida, busque nacer Dios con todas sus fuerzas, entréguese a Él de todo su corazón y usted se tornara una nueva criatura. Los pensamientos viejos van a pasar, la manera de actuar se va a transformar, todo será nuevo. Usted tendrá paz, usted no va a vivir más afanado por el día de mañana, preocupado con las cosas, porque existirá la seguridad de que su vida está en las manos de Dios y que Él cuidará de usted.