“Cuando oí la Palabra de Dios, entendí que era una oportunidad para cambiar de vida. Lo que empezó como un pequeño salón de belleza, hoy es un salón de alta gama con más de 186 m, también conquisté un apartamento, una finca y casas de temporada. Mi vida comenzó a cambiar en el momento en que creí y obedecí.”
“Cuando conocí del trabajo de la Iglesia Universal, mi vida económica estaba destruida porque estaba hundido en el vicio del alcohol y cigarrillo. A causa de esos vicios, vivía en la miseria porque todo mi dinero se iba en ellos. De esa manera el dinero no me rendía para nada, aunque en ese tiempo ya estaba cerrando buenos contratos.
El estilo de vida que llevaba y la falta de administración en mis finanzas me causó serios problemas. Mi economía cambió en el momento que empecé a participar de las conferencias de la Nación de Campeones. Aquí fue donde mi forma de pensar cambió, me indigné en contra de la situación en la que me encontraba. Así fue cómo logré ver los resultados positivos en mi vida.
Actualmente estoy cerrando buenos contratos y, la cartera de clientes aumenta cada vez más. Hice un pacto con Dios, ser fiel y asumí una sociedad con Él. Perseverando en la fe, conquisté dos carros nuevos y la casa que siempre soñé tener”.