Era una persona infeliz, mi vida siempre fue un fracaso. Desde los 14 años de edad me involucré con las drogas y el crimen, empecé a fumar cigarrillo y marihuana. Estuve a punto de caer preso por mis malas acciones. Con el paso del tiempo me volví dependiente de bebidas alcohólicas. Me mudé a otra ciudad; creía que mi vida cambiaría, pero todo empeoró, empecé a consumir más marihuana, cocaína. Toqué fondo cuando empecé a consumir otras drogas aún más fuertes. Perdí mi familia y todo lo que era importante para mí, incluso mi dignidad. Por causa de las drogas llegué a mendigar y a comer restos en los basureros para alimentarme. Pasaba los días consumiendo drogas viviendo debajo de un puente.
Mi vida era un caos, pero cuando conocí la Iglesia Universal todo empezó a cambiar, me aferré a Dios y comencé a obedecer Su Palabra, no fue fácil, pero dejé los vicios que tenía y mi vida fue transformada, encontré la verdadera alegría que es el Espíritu Santo y hoy estoy curado de los vicios. Dios me dio una nueva familia, un buen trabajo y tengo paz en mi vida. ¡Ya no vivo sin el Señor Jesús, pues Él es todo para mí!
•• Sr. Nilton