Perdí el control de mi vida a causa de los vicios, pasaba las noches en la calle bebiendo, consumiendo marihuana y prostituyéndome. Dejé de consumir drogas por casi un año, pero recaí y empeoré. Mi hogar se convirtió en un infierno, mi madre llegó a desmayarse de tristeza y disgusto por verme drogado.
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¡MI FAMILIA IMPLORABA POR VERME CAMBIAR PERO NUNCA LES PRESTABA ATENCIÓN!
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Mi madre me invitó al Tratamiento para la Cura de los Vicios, fui con ella y desde el primer día salí diferente, continué participando y después de 2 semanas empecé a sentir asco de las drogas y a las cosas herradas que hacía. Vencí los vicios y pude construir una nueva historia, entregué al Señor Jesús la vida que llevaba y el me dio una nueva oportunidad.
•• Sr. Álvaro Trinidad