Crecí en un hogar lleno de violencia doméstica, a causa de eso, empezó a crecer un gran odio en contra de mi padre.
Este odio provocó que terminara consumiendo drogas e ingiriendo alcohol.
Mi vida estaba destruida, ya que no solamente había caído en los vicios, sino que también estaba teniendo problemas espirituales.
Esta situación me llevó a la depresión y a pensar que la muerte era la única solución a mis problemas. De esta manera me encontraba cuando conocí la Iglesia Universal.
Decidí hacer las cadenas de liberación y el tratamiento para ser libre de los vicios, a través de los propósitos, las oraciones y obedeciendo la Palabra de Dios, hoy soy una mujer libre de los vicios y de los sentimientos de odio que llevaba dentro de mi.
Encontré a Dios que me ha llenado de alegría y paz.
>>Xochitl Aviles
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Era un hombre con muchos complejos, estaba hundido en la depresión y tenía problemas de identidad. Delante de todos, yo era un hombre realizado porque aparentemente lo tenía todo, pero por dentro me sentía vacío, triste y solo.
En búsqueda de una solución para escapar de esa horrible realidad, caí en los vicios y esa fue mi perdición. Todo indicaba que nunca iba a lograr ser feliz en ninguna área de mi vida. Para mi familia, era un caso perdido; así me encontraba cuando me invitaron a la Iglesia Universal.
Decidí participar de las reuniones para poder salir de esa situación, fue así que a través de las oraciones y obedeciendo la Palabra de Dios, logré vencer la depresión y las inseguridades. Lo mejor aconteció cuando recibí el Espíritu Santo.
Mi perspectiva de vida cambió, comprendí que lo que siempre estuve buscando, era la Presencia de Dios.
>>Sergio Gaona