«Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.” 1 Pedro 2:9
Dios le escogió, usted no llegó hasta Él por casualidad ni por la suerte o el destino. Él desea que le sirva de todo su corazón y que la intención en todo sea apenas agradarle con sus actitudes, carácter y pensamientos, para que de esa manera anuncie las virtudes de Aquel que transformó su vida de una forma admirable.
Dios no quiere personas que apenas le sigan esporádicamente, tampoco simpatizante, Él quiere hijos, un pueblo santo.
¿Pero cómo obtener la posición de hijo? Es posible a través de la obediencia a Su Palabra y una entrega de cuerpo, alma y espíritu.
Es imposible que una persona se apasione por otra si no empieza una relación para conocerla, y de esa misma forma es la vida del ser humano con el Señor Jesús, si la persona no busca sumergirse en el universo de Él cómo logrará construir una relación con Dios.
Amigo lector, puede ser que para el mundo usted no tenga ningún valor, puede ser que haya sido excluído de muchos lugares, rechazado por su familia y conocidos, pero cuando usted se convierte a Dios, pasa a ser parte de Su Linaje.
Cuando una persona quiere ser médico, ella va a la facultad, estudia horas incesantes, devora los libros de su especialidad; todo ese sacrificio en pro de su vocación o sueño, entonces para tornarse una propiedad exclusiva de Dios amerita ese mismo esfuerzo y sacrificio, para construir día tras día una relación con Su Señor, leyendo la Biblia, meditando, ayunando, orando, renunciando a su voluntad para hacer la de Él.
Dios quiere que usted sea la esencia de Él en este mundo y que donde usted vaya su conducta Lo refleje, que usted escuche más y hable menos, que sea misericordioso, que perdone, que sea humilde para aprender y aceptar la corrección.
La Biblia dice que el Señor Jesús pagó un precio muy alto para adquirirlo a usted y a todos, para que no vivamos más en las tinieblas y pasemos a vivir en Su luz admirable.