El apóstol Pablo describe una lista de cosas que son incapaces de separarnos del Señor Jesús.
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:35-39
En esta lista podemos entender que ningún problema, obstáculo o situación difícil es capaz de alejarnos de Dios, sin embargo, hay algo que no es un problema, sino una decisión mal tomada, capaz de separarnos de Él -el pecado, éste tiene como propósito y finalidad separar al ser humano del Creador. Esa es la razón por la cual muchos están caídos y con una vida frustrada.
¿Usted quiere vivir separado o junto a Dios? La respuesta es obvia, todos quieren estar junto a Él; sin embrago, para eso, es necesario abandonar el pecado de forma definitiva, arrepentirse sinceramente, buscar vivir y obedecer lo que está pautado en la Palabra de Dios.
“Busqué llenar el SEGURO vacío refugiándome en el trabajo”
Era una persona triste y vacía; me refugiaba en el trabajo intentando llenar ese vacío, pero nada era suficiente. Guardaba resentimiento contra mi esposo. Tenía problemas espirituales, insomnio y pesadillas.
Un día mi hermana me invitó a la Iglesia Universal, pero no lo llevaba en serio, hasta que un día entendí que lo único que necesitaba era a Dios.
Me entregué por completo a Él, empecé a obedecer Su Palabra, me arrepentí de todo lo malo que hice, me bauticé en las aguas, mi forma de ver a las personas y la vida cambió. Pasé a buscar el Espíritu Santo y cuando lo recibí supe que también había recibido entre algunas características, la paz, el amor, la alegría y todo lo que necesitaba para ser guiada y alcanzar una vida plena en todos los sentidos. Mi matrimonio y familia fueron restaurados, puedo guiar a mis hijos y lo más importante, tengo a Dios en mi vida y Él cuida de todo.