La satisfacción de rescatar a una persona cuando la hemos visto llegar delante de Dios totalmente destruida, fracasada, desesperada y rechazada por todos, es algo que no tiene precio, pues la mayor alegría de un ganador de almas, es que las personas conozcan al Señor Jesús.
Con este objetivo la caravana del rescate llegó esta vez a la Iglesia Universal del Sur de Quito llevando una palabra de fe y salvación. En este día especial hubieron personas que aprovecharon la oportunidad y decidieron empezar una nueva vida a través del bautismo en las aguas.