«Mi pequeño negocio apenas nos daba para sobrevivir, y el trabajo de agricultor de mi esposo solo nos rendía por temporadas; cuando pedíamos dinero prestado, luego ya no podíamos pagar. Nunca salíamos de vacaciones, mandar a mis hijos a la escuela ya era bastante. Por esta razón, salí del pueblo con la ilusión de que estudiaran para tener un futuro mejor; pero al salir fue muy difícil porque a veces no alcanzaba para la renta. En una ocasión nos amenazaron con sacarnos, era muy crítico: si la pagaba, no comíamos; si comíamos, no la pagaba.
Llegué a la Universal cuando había tocado fondo, pero ahí escuché que Dios es dueño del oro y de la plata, y que Sus hijos no debían pasar carencias. Entonces, con cada enseñanza, mi fe en Él iba creciendo. Puse un negocio de tortas y noté que vendía bien, incluso me rendía más el dinero. Entonces hice un pacto con Dios, decidí ser fiel y obediente a Su Palabra. Hice a un lado el rencor que tenía y dejé las malas compañías para empezar a depender solo de Él.
Después, inicié junto a mi hijo un negocio de mariscos, pero fue difícil porque no veíamos resultados, muchas veces pensamos en desistir. Pero, perseveramos, tanto en el negocio, como en la obediencia a Dios, porque solo Él podía sacarnos adelante. Finalmente, nos respondió: el negocio ha crecido tanto que mis hijos y mis nietos pueden trabajar en él.
Todo lo que tengo es gracias a Él, y Su Espíritu en mi vida me da la certeza de que, ante los problemas, Dios responderá. Recuerdo que sin la presencia de Dios estaba ansiosa cuando no vendía, ahora estoy tranquila porque Él provee día con día. Además, me enseñó a tener cuidado en la calidad en los productos y a darles un trato justo a mis clientes y trabajadores.» -Felipa González
La Caída de las Murallas
Tal vez tu situación es diferente, quizá su problema es esa deuda impagable para usted, la mala racha que hay en su vida. Sea cual sea el nombre de su aflicción, así como las murallas de Jericó, será derribada por la fe.
Por eso, si quieres un milagro en tu vida, participa este lunes 21 de octubre con todas tus fuerzas en la reunión de Prosperidad con Dios, especialmente a las 7 p. m., en el Templo de los Milagros, Av. Americas #305 Norte de Guayaquil. O bien, acuda a la Iglesia Universal más cercana.