Me salieron unas burbujas de agua en mi muslo derecho, pensé que era solo una reacción alérgica. Sin embargo, después de cinco días empecé a tener ampollas con un líquido extraño, tanto en muslos, brazos y cara.
Fui a varios especialistas y ninguno sabía exactamente qué era. Sin saber lo que tenía, me recetaron medicamentos para aliviar los síntomas, pero todo empeoró. Las llagas supuraban un líquido extraño. Empecé a usar ropa holgada para que no me mojara el líquido y se me pegara a la piel. Como los exámenes no dieron resultados y sin ayuda médica, recurrí solo a la Fe.
Después de pasar casi tres meses en esa situación, a través de las cadenas de fe los martes, en pocos días, vi suceder el milagro, mi cuerpo ya no tenía ampollas ni manchas. En el transcurso de los días mi piel iba aclarando poco a poco, comenzando por el rostro y luego las piernas. Hoy estoy completamente curada, sin secuelas ni marcas de la enfermedad.
Julia, y su Madre Marcia.