»De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.» Juan 12:24
El Señor Jesús se estaba refiriendo al sacrificio que Él debía hacer en la cruz, pero también estaba confirmando el sacrificio que todos sus seguidores deberían hacer.
En la agricultura, la semilla primero debe secarse (morir) para que después de sembrada de sus frutos, así también el cristiano debe morir para este mundo para que pueda dar frutos, no sirve de nada que la persona diga que tiene fe, si ésta no viene acompañada de actitudes.
La fe debe tener obras (sacrificio), para que pueda ver el cambio en su vida.
Muchas personas se han quedado solas delante de los problemas, aun creyendo en Dios, ¿por qué? Por la falta de sacrificios, han creído, pero no han muerto para este mundo, de esa manera, es imposible que la persona disfrute del beneficio de la fe, pues primero debe SER EL PROPIO SACRIFICIO, morir para el pecado y pasar a vivir para Dios en obediencia a Su Palabra. Segundo, debe HACER SACRIFICIOS, pues la Palabra de Dios nos lleva al Altar para resolver lo que está mal, y así poder disfrutar de una nueva vida.
Es necesario entender que sin sacrificio no hay conquista. Nada en este mundo se obtiene sin sacrificio y Dios nos llama para que vivamos una vida de sacrificios y renuncias.
No se puede disfrutar de los beneficios de la fe si no hay sacrificio.
Dios no le facilita las cosas a nadie, la fe no viene acompañada de facilidad, el único camino para que la fe funcione y traiga resultados, es el sacrificio. Es por esa razón que las personas dan testimonio, porque ellas se han lanzado en el Altar, han sacrificado volviéndose fieles a Él obedeciendo Su Palabra.
»Estaba separados de mi Esposa y había perdido todo mis bienes»
Cuando nuestra relación entró en crisis, comenzamos a perderlo todo: casa, carros, cuenta bancaria e incluso a nuestros hijos.
A raíz de eso mi esposa entró en un estado emocional crítico, llegó a pensar en quitarse la vida. Yo me sumergí en el alcohol y cometí un grave error, me separé de mi esposa.
Al conocer la Iglesia Universal escuché hablar de la Hoguera Santa y entendí que ese era el único camino para cambiar de vida. Decidí hacer una prueba con Dios e hice mi sacrificio, poco tiempo después mi matrimonio fue restaurado, pasamos a tener paz, armonía, respeto y comprensión, estoy libre del vicio. Dios abrió mi visión de una forma sorprendente, Él no me quedó debiendo nada, me dio más de lo que esperaba.
Sr Darío Sánchez Junto a su esposa.