No hay en el mundo quien no desee una vida mejor. Seguridad, tranquilidad, riqueza, salud, amor, familia… todo ser humano desea una vida mejor. Desde niños fuimos formados a buscar esta vida mejor, pero pocos son los que realmente pueden considerarse personas felices. La persona va perdiendo fuerzas para lograr aquello que se propuso desde su niñez. Es la famosa frase: “¡Quiero, pero no lo puedo!”
Es muy habitual escuchar expresiones del tipo: “¿Qué me está fallando?” “¿Por qué a mí las cosas no me salen?” “¿Cuánto más lucho, menos conquisto?” “¡Estoy cansado de luchar y solo perder!” Bueno no se moleste con lo que le voy a decir, pero su vida revela quién es usted, no por los problemas enfrentados, sino por la manera con que usted reacciona frente a sus problemas. Cuando la persona solamente mira sus dificultades, y desiste de encontrar las posibilidades, está asumiendo que ya no cree en su éxito.
Cambie su manera de pensar, y usted cambiará su vida. Entre tantos compromisos y problemas, tome un tiempo para analizarse usted mismo, pues es algo que a nadie le gusta hacer, porque en vez de confrontarse, mirarse al espejo y cuestionarse a sí mismo, preferimos huir de esta realidad.
Estamos a pocos días del Viernes Santo, y simplemente es el día en que Jesús venció a sí mismo a favor de toda la humanidad. Si usted acepta vencer a sí mismo a favor de su propia vida, le aseguro que nunca más será la misma persona. Participe de la Cuarentena de la Resurrección, resucite a usted mismo, y resucitará su vida.
¡Que Dios le bendiga!