Destructor de talentos, de relaciones interpersonales, de la voluntad propia, de la salud física y mental del adicto, como también de la familia. Estamos hablando del vicio…
“Miles de personas buscan continuamente ayuda con diversos métodos para solucionar este problema, que a la mayoría les ha causado un enorme sentimiento de impotencia, debido a que muchos de ellos no han traído resultados positivos.
Esto se debe a que se considera al vicio, como una enfermedad física diagnosticada como incurable, progresiva y mortal, siendo que el vicio es un problema espiritual”, explica el especialista Alberto Brenes.
Mientras se siga viendo al vicio como una enfermedad física, se seguirá pensando que el problema se origina en la sangre o en el organismo, por eso se busca la desintoxicación física, pero la raíz del vicio es espiritual y el adicto debe recibir la desintoxicación de la mente, donde los pensamientos son los que han pasado a dominar al individuo.
Por 10 años estuve encadenado a los vicios
“Empecé fumando cigarrillo, después probé la marihuana, cocaína y alcohol. Por las mañanas sino consumía drogas, no estaba bien.
En varias ocasiones me botaron del colegio por llevar armas blancas, era un peligro para mis compañeros de clase. Llegué al punto de vivir en la calle, esto hizo que mi adicción por la cocaína se arraigara más en mí, bajo el efecto de esta droga llegaba hasta dos semanas sin dormir y me volvía más violento. Aún así mi madre me recibía con alimentos y ropa limpia.
Me costó reconocer que necesitaba de ayuda, pero mi madre que participaba del Tratamiento para la Cura de los Vicios, intervino por mi, hoy gracias a Dios me encuentro libre de los vicios, tengo trabajo y donde antes me metía a comprar droga, hoy busco a esas personas para decirle que si existe una cura”. (Sr. Santiago)
Por eso si usted reconoce estar dominado por un vicio y quiere romper esas cadenas, o si tiene un familiar adicto, acérquese a realizar el Tratamiento de la Cura de los Vicios, este domingo a las 15H en la Av. de Las Américas 305, norte de Guayaquil.