- Conozca la historia de Vanesa Lima, quien sobrevivió a un paro cardíaco de diez minutos, trombosis y linfoma.
Comencé a tener tos persistente , dificultad para respirar y dolor en los pulmones. Fui a un centro de salud y me dijeron que era asma. Además, tenía un bulto en el lado izquierdo de mi cuerpo en la clavícula. Acudí a un hospital especializado en enfermedades respiratorias y me diagnosticaron tuberculosis ganglionar”.
Ella regresó a casa y comenzó a tomar la medicación prescrita. “Lo tomaba por la mañana, tarde y noche, pero no me adaptaba a la medicación. Tenía diarrea, vomitaba y no podía dormir porque la tos no paraba”.
Vanesa se sintió tan mal que tuvo que volver al hospital días después y fue internada. La misma noche de la hospitalización, como presentaba falta de aire, fue trasladada a otro hospital. “Tuve trombosis en ambos brazos, estaba tan desesperada por mi salud. Fueron 50 días de hospitalización y llegué a pesar 49 kilos”, recuerda.
Su salud empeoró tanto que tuvieron que enviarla a otro hospital, esta vez uno mejor equipado; cuando ella llegó, tenía presión arterial alta, respiración acelerada y pérdida del conocimiento. Le hicieron un ecocardiograma y tenía infartos en el corazón y pulmones. Tuvo un paro cardíaco durante diez minutos”.
Tras realizar una maniobra para resucitarla en la mesa de operaciones, los médicos la entubaron para estabilizarla.
CONOZCA MÁS SOBRE LOS PROBLEMAS DE SALUD QUE AFECTARON A VANESA
Tenía tuberculosis ganglionar, una enfermedad que afecta a los ganglios linfáticos y debilita las defensas del organismo.
›› Fue sometida a una traqueotomía.
›› Tuvo linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que se origina en el sistema linfático.
›› Debido a la larga estancia hospitalaria, en su cuerpo surgieron escaras, que son lesiones provocadas por la limitación para cambiar de posición en la cama.
“Estuve 15 días en coma. Tenía una masa muy grande en la región abdominal, que me impedía respirar y comprimía mis órganos vitales, tuvieron que hacerme una traqueotomía”, relata. Los médicos realizaron varias biopsias y descubrieron que Vanesa tenía linfoma de Hodgkin. “Comencé las quimioterapias en cama; incapaz de moverme, aparecieron heridas en mi cuerpo. Úlceras de grado 4 en la región sacra y podía poner toda mi mano sobre ellas. Mi madre luchaba por mí y participaba de las cadenas de oración y propósitos en favor de mi salud”, dice Vanesa. Sin embargo, los médicos no le dieron ninguna perspectiva de mejoría. “Fueron cuatro meses de hospitalización y cuando salí aún tenía heridas abiertas”. Gracias a la fe, se recuperó gradualmente. “Mi esposo me curaba las heridas. Yo asistía la programación de la Iglesia por la Tv, y me apegué cada vez más a la fe hasta que pude ir a la Iglesia en persona. Pasé por quimioterapias, dolores insoportables, pero estoy segura de que fue el poder de Dios lo que me mantuvo con vida. Cuando voy al hospital para los chequeos, los médicos y las enfermeras se sorprenden por mi cura extraordinaria”.
•• Sra. Vanesa Lima