¡Buen día, obispo!
Me gustaría compartir con usted algo que sucedió la semana pasada.
Me gustaría decir que la reunión de los domingos a la mañana que hemos hecho, dirigida a los americanos, comienza a dar frutos, pues poco a poco han venido a las reuniones personas de India, de Haití, americanas y judías. Sí, obispo, una familia de judíos comenzó a venir a la iglesia hace algunas semanas, y durante tres domingos seguidos, la matriarca de la familia, que está compuesta por americanos judíos, vino sin faltar.
El último domingo 3, vinieron solo dos de sus hijos. Después de la reunión le pregunté a la hija por su madre. Me dijo que la madre estaba muy débil porque el cáncer se había agravado, y que estaba en el hospital (el cáncer aquí ha sido muy frecuente entre los americanos. Hace algunos días oramos por un pastor evangélico, que desde hace 24 años sufre de cáncer en los huesos, que tiene una iglesia en Fort Lauderdale).
Esa misma tarde de domingo fui al hospital con Camila a visitar a la señora judía. Al llegar a la habitación en la que estaba, había muchos familiares. Por no poder estar muchas personas al mismo tiempo en la habitación del hospital, todos salieron, quedándonos nada más que una miembro de la iglesia que fue con nosotros, Camila y yo.
Obispo, allí, con toda la fe, determiné su cura. Le dije que no podía aceptar aquella situación y que ya era una vencedora por estar buscando al Señor Jesús. Ella agradeció. Fue cuando pedí que nuevamente cerrara los ojos y Le entregara su alma al Señor Jesús. Ella repitió con todas las letras: "Yo acepto al Señor Jesucristo como Salvador de mi alma." Después de la oración le agradecí a la familia por aceptar nuestra visita y volvimos a la Iglesia.
Obispo, todo esto sucedió el domingo 3. El lunes 4, no resistió el cáncer y falleció. Aun siendo judía, ella renunció a todo lo que aprendió toda su vida, e incluso a lo que la familia creía, y aceptó al Señor Jesucristo. Y hoy, yo creo, está en los brazos del Señor Jesús.
Como usted puede ver en la foto, ella es la señora sentada en la última fila, entre los hijos, durante la última reunión en la que participó. Lo interesante es que en el momento de la foto ella aparece sosteniendo el pan de la Santa Cena, ¡entregándose al Señor Jesús!
Atentamente,
Pastor Wilon Cardoso