En Ecuador, centenares de familias se encuentran atravesando momentos que jamás pensaron vivir y debido a esto, muchas personas han hecho de las calles su nuevo hogar.
En la ciudad de Guayaquil, por ejemplo, el no tener un lugar donde refugiarse, ha obligado a muchas personas a que cohabiten debajo de puentes, veredas y umbrales. Algunos llevan sólo semanas, otros meses e incluso años, sobreviviendo día a día e intentando la manera de salir de esa situación, pero no lo han logrado y encontraron en las sustancias ilícitas, la manera de no sentir hambre ni frío.
Es por ello que semanalmente un grupo especial de la Iglesia Universal, no desiste en ayudar a los sufridos sin importar a donde tienen que ir, lo importante es alcanzar a aquellas personas y mostrarles que existe una salida.
Por varias semanas visitaron los puentes que se encuentran en la Entrada de la 8, un sector de escasos recursos de la urbe porteña, y en cada visita vieron más y más personas necesitadas, no sólo de una ayuda física, sino también de la presencia de Dios.
“Por eso damos para ellos lo que hemos recibido: un Palabra de fe y esperanza que los ayudará a acercarse a Dios”, dijo un voluntario. Después de escucharlos y orientarlos, se procedió a entregárseles una merienda que había sido preparada para ellos.
“En todo el país muchas personas viven en situaciones precarias, es por eso que los voluntarios de Obra Social de la Iglesia Universal, están en constante trabajo, siempre yendo a los lugares más inhóspitos, recorriendo calles y avenidas con el n de socorrer al que lo necesite.”