«Y salió Jacob de Beerseba, y fue para Harán. Y llegó a cierto lugar y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto; tomó una de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquel lugar.
Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
Y he aquí, el SEÑOR estaba sobre ella, y dijo: Yo soy el SEÑOR, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. También tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.
He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido. Despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente el SEÑOR está en este lugar y yo no lo sabía.
Y tuvo miedo y dijo: ¡Cuán imponente es este lugar! Esto no es más que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo. Y se levantó Jacob muy de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la erigió por señal y derramó aceite por encima.
Y a aquel lugar le puso el nombre de Betel, (…) Entonces hizo Jacob un voto, diciendo: Si Dios está conmigo y me guarda en este camino en que voy, y me da alimento para comer y ropa para vestir, y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el SEÑOR será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo”. Génesis 28: 10 – 2
¿QUÉ SON LOS DIEZMOS?
Son la primera parte de algo que debe ser presentado para Dios, son los primeros frutos recogidos, los primeros animales del rebaño o los primeros resultados de un trabajo.
Sobre todo, las primicias revelan quién es o qué es lo que la persona coloca en primer lugar en su corazón.
Por lo tanto al ofrecer las primicias para Dios, la persona está enviando un mensaje de que ella Lo honra y de que Él es el más importante en su vida.
Así de modo general, ser diezmista y considerar las primicias es tener un compromiso con Dios, es vivir una amistad con Él.
Es como si la persona trajera a Dios para dentro de sus decisiones económicas, siempre considerando la voluntad del Altísimo en primer lugar.
Es por eso que la prosperidad de un cristiano tiene un propósito: que es salvar almas.
Porque la mejor inversión que uno puede hacer en este mundo es en personas.
O sea, quien tiene una sociedad con Dios no desea prosperar por prosperar, ostentar o satisfacer deseos, pero si para ser un aliado de Dios en el ejercicio de salvar.
Por medio de nuestras conquistas, damos testimonio para el mundo de que tenemos un Padre bondadoso y generoso.
«Era una ama de casa como todas las demás, tenía sueños pero nada podía concretar. Empecé a participar de las reuniones en la Iglesia Universal, allí oí al respecto de la importancia de colocar a Dios en primer lugar y de cómo eso implicaría en mi un cambio. Decidí ser el a Dios, devolviendo mis diezmos, luego de eso, Dios abrió mi visión y me llevó a convertirme en una empresaria exitosa.
Soy dueña de 1 marca de Jeans y 1 marca de lentes.»
••• Sra. Renata