«En mi trabajo no me daban oportunidades para mejorar mi salario porque no valoraban mi carrera técnica. No me tomaban en cuenta como a quienes tenían licenciatura, a pesar de que mi rendimiento era igual que el de ellos. Era frustrante, pues a mitad de quincena ya no tenía dinero y no me alcanzaba ni para comprarles un helado a mis hijas; terminé endeudándome con tarjetas de crédito.
Buscando una solución acudí a la Iglesia Universal y ahí comprendí que de nada servía indignarme por mi situación si no actuaba. Por eso, comencé a practicar con fe las enseñanzas de la Palabra y, como resultado, el dinero comenzó a rendirme. Entonces tomé una decisión más seria: dejé de apoyarme solo en mis fuerzas y empecé a confiar plenamente en Dios, y le pedí con insistencia, reconociendo que solo Él podía ayudarme.
Aunque mi caso parecía imposible, poco tiempo después me llamaron del trabajo para darme una promoción de sueldo que me permitió salir de las deudas y alcanzar una buena estabilidad económica.
Por eso, perseverar con Dios vale la pena. Cuando uno pone la fe en acción y aprende a depender de Él, la vida realmente cambia.» -Liliana Hernández
Le invitamos a participar en el Ayuno de los Casos Imposibles. Por medio de tu fe, es posible lograr lo que creías perdido. Te esperamos en el Templo de los Milagros, en Av. Americas #305 Norte de Guayaquil. Consulta los horarios de las oraciones o reuniones en la Iglesia Universal más cercana a su domicilio.