El primer amor que vamos a hacer referencia no está basado en lo que comúnmente la persona conoce, quiere decir, la relación que se da entre enamorados, parejas de novios, matrimonios, etc., sino que nos referimos a la pasión, a la alegría, al amor, al gozo y la paz que se da cuando usted encuentra al Señor Jesús por primera vez, a partir de ese momento las demás cosas pierden su valor, su importancia y el Señor Jesús se convierte en el centro de su atención.
Cuando la persona mantiene su PRIMER AMOR ella hace todo para agradar a Dios, sin importar nada ni nadie, como por ejemplo: entregarse, bautizarse en las aguas, volverse diezmista y ofrendante, es fiel a Dios y hace todo con mucho amor y placer, ya que en su interior hay ese respeto hacía las cosas de Lo Alto.
Pero muchas veces por no cuidar y alimentar cada día su relación con Dios, quiere decir: no leer más la Biblia, no orar, no ir a la iglesia ese PRIMER AMOR va muriendo, va apagándose, ya que dejamos de mirar para el Señor Jesús y empezamos a ver para nuestra propia vida, para nuestras amistades, para nuestros deseos, para nuestras necesidades y dejamos de lado lo importante que es nuestra relación con Dios, quiere decir dejando al propio Dios, ya que no hay más ese interés por agradarlo, por hacer su voluntad.
Cuando el Señor dice: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” Apocalipsis 2:5
Él quiere que nos arrepintamos sinceramente para poder regresar al inicio de todo, cuando lo conocimos por primera vez, y que volvamos a ponerlo en primer lugar, pero esto sólo se dará cuando haya de nuestra parte un arrepentimiento sincero, así que si usted quiere volver a los brazos de nuestro querido Dios, debe sacrificar su propio querer.
Tome actitudes sacrificiales que le llevaran a un arrepentimiento sincero, y a una verdadera vida con Dios.
El arrepentimiento sincero trae consigo actos de fe, los mismos que no tiene nada que ver el remordimiento, ya que este es un sentimiento en donde la persona da gritos de dolor, pero no tiene intenciones de dejar el pecado.
Muchas veces la persona es engañada por este sentimiento y cree que es arrepentimiento, pero no lo es.
El arrepentimiento trae consigo actitudes sacrificiales, donde la persona sin importar lo que sea se sacrifica así misma para volver a Dios.
Si usted necesita comunicarse con el obispo Ronaldo, para aclarar alguna duda que tenga o necesita una orientación, escríbale al correo electrónico: orientacion@universal.org.ec.
Priorice su comunión con Dios, participe este domingo en la Concentración de Fe y Milagros a las 9H.