“Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones”. Hebreos 10:16-17
¡Que maravilla! Dios no quiere acordarse de sus pecados ni de sus transgresiones.
Si alguien le dijo que Dios le quiere castigar, ¡es mentira!, al contrario, Él no desea que usted sufra por el pecado.
No importa qué pecados haya cometido, lo que Dios quiere es hacer un pacto, en el que usted le entregué toda su vida.
Por ejemplo, cuando una pareja se casa, ambos, dejan todo atrás y pasan a vivir el uno para el otro, pues si entre ellos no hubiera un pacto, tampoco habría una entrega total, de esa manera, la relación no funcionará.
Hay quien permite que en su matrimonio estén relacionados también los padres, ese tipo de pacto no funciona, seguro habrá problemas. De la misma manera, no podemos tener un pacto con Dios y el pecado, no funcionará, la persona debe abandonar el pecado.
El pecado, sea cual sea, quita la paz, todo lo malo que hagamos nos quitará la paz, porque el pecado acusa y condena a la persona.
“Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado”. Hebreos 10:18
Remisión quiere decir perdón, es decir, no hay ofrendas para quitar el pecado y sus consecuencias, pero cuando la persona se arrepiente y se bautiza en las aguas, es inmediatamente perdonada. Sin embargo, hay quienes piensan que el bautismo es un compromiso con una denominación, cuando en realidad, es un compromiso con Dios, donde la persona sepultará el pecado y la vieja criatura, para que pueda nacer un nuevo ser.
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Hebreos 10: 19-22
Antes de hacer una alianza con Dios, primero, debe ofrecerle un corazón sincero, pedirle perdón para que le purifique y así entrar en una alianza con Él. Es una oportunidad que Él sin duda le dará.
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Hebreos 10: 23-25
Lleve las cosas de Dios en serio, no se quede como si estuviera en la nebulosa, pues cuando usted toma la firme decisión de entregarse por completo a Dios, su vida cambia.
Recuerde, el Señor Jesús está tan cerca de volver por su Iglesia, por lo tanto, mantenga su alianza y sea fiel, porque Él espera fidelidad y pureza de su parte.
Piense en eso